martes, 12 de agosto de 2008

EL ARCOIRIS

Tras un arduo y caluroso día de trabajo, vuelvo a casa, zanganeo un par de horas, y tras un poquito de actualidad, echar un vistazo al medallero de Pekín y ponerme al día de la actualidad del Cáucaso pienso que seguro que fuera de mi casa pasan más cosas que dentro, así que decido salir a dar un paseíto por mi capital. Creo que es la primera vez que vivo en una capital, o al menos en una capital de verdad, porque Dublín no cuenta, digamos que no cuenta como capital.

Salgo y a pocos metros de mi casa un hombre medio raro me mira de lejos y me pide la hora, le hago el gesto de que no tengo hora y camino rápido, dos calles más adelante cruzo hacia la izquierda y en el semáforo sigo hacia delante; descubro calles con casas espléndidas vestidas con mantos de enredaderas verdes y consigo tirar alguna foto que me haga recordar ese momento. Estoy desarrollando un tipo de visión bifocal, es decir, caminar hacia delante mirando lo que tienes en frente pero sin perder de vista el suelo para no tropezar con los baches y socavones.



Continúo y descubro un supermercado que se llama Arcoiris. Entro. Detrás de mí entra un chico, voy hacia los cereales y viene detrás de mi, pero como en realidad yo entraba para echar un ojo al súper y no para comprar, cambio de sección rápidamente y paso a mirar el lineal de yogures y quesos sin enterarme en profundidad de lo que ocurre a mi alrededor. Como no quiero salir del súper sin comprar, decido coger una botella de agua mineral, que nunca sobra en casa, y me dirijo desde los quesos hacia el pasillo del agua. Es en ese momento cuando el chico se dirige a mí y me da un panfleto de un concierto que va a haber el próximo sábado y donde tocará él con su grupo. Se dirige a mí en inglés, sin primero intentarlo en rumano, así que le interrumpo para preguntarle por qué me habla en inglés y no en rumano. Contesta que no sabe por qué, pero sabía que no era de allí. Me cuenta que sus compañeros de banda son un canadiense y un irlandés, y que ha estado viviendo años en Dublín. ¡Qué coincidencia! Me gusta que los rumanos sean así, que tengan capacidad de comunicación y que te hablen en el súper, en el ascensor, o viendo un cuadro en una galería de arte. Aquí corro el peligro de que quizá algún día me den el palo… y me quiten todo lo que tengo mientras un pipi me enseña un panfleto de un concierto. Qué pena que no podré acudir al concierto. La próxima vez será.
La foto de hoy está hecha antes de entrar a Arcoiris. Algunas personas ven Bucarest de este color, gris.

1 comentario:

Anónimo dijo...

marta, du bist eine rassistin. immer schreibts du nur in spanish und denkst nicht an deine anderen freunde, dabei hast du solange im ausland gelebt. das is sehr spanisch von dir und eine frechheit!
muss mal gesagt werden - es ist ja nicht so, dass du keine andere sprache sprechen kannst!